La vida enseña
a vivir
con las ausencias
y a reactivar sonrisas
después de la tristeza.
El añorar
deja de ser nostalgia
y se hace fuerza
que obliga a trascender.
Y es la memoria
quien rescata
el amor a quien merece
y condena
a los demás
a las vastas regiones
del olvido.
a vivir
con las ausencias
y a reactivar sonrisas
después de la tristeza.
El añorar
deja de ser nostalgia
y se hace fuerza
que obliga a trascender.
Y es la memoria
quien rescata
el amor a quien merece
y condena
a los demás
a las vastas regiones
del olvido.
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